Estamos viviendo un contexto social muy difícil, muchas personas, a estas alturas del año, todavía no tienen trabajo y su salud es muy precaria. Las injusticias están a la orden del día. Gracias a la Palabra de Dios que nos guía, nuestro corazón se fortalece en la esperanza. Litúrgicamente, hoy regresamos al Evangelio de Marcos, ciclo B, después de haber escuchado el capítulo 6 de San Juan, donde se da el discurso del Pan de Vida. Iniciamos la lectura de Santiago, después de haber escuchado la de los Efesios. Hoy las lecturas apuntan a una misma dirección. ¡Hacia la coherencia en la propia vida! Hacer y vivir lo que decimos es una tarea de todos los días. Seguir los mandamientos con fidelidad es lo que pide el Señor. La enseñanza de Dios de vivir moralmente es el objetivo desde la creación del mundo.
READ MORELo que pasó en tiempos de Jesús, sigue pasando hoy día. Muchos le abandonan por cualquier bagatela, se dejan engañar fácilmente y hablan en contra de él y de su Evangelio. Inclusive algunos piensan que seguirle es de tontos. Pues, deja de-cirte Señor, que yo también reacciono como Pedro ante la pregunta: “¿Quieren marcharse también ustedes?” (Juan 60:67). El lenguaje duro utilizado por Jesús los desconcertaba. Seguirte no es fácil; el camino de tus enseñanzas provoca un cambio radical con referencia a la justicia y al amor. Solo el que entienda tu lenguaje puede res-ponder como Pedro: “Señor, ¿A quién iríamos? Tú tienes palabras de vida eterna. Nosotros cree-mos y sabemos que tú eres el Santo Dios” (Juan 60:67-69).
READ MOREToda la Liturgia de hoy está llena de un profundo sentido de alegría. La antífona de entrada es un ejemplo de ello: “Alegrémonos todos en el Señor y alabemos al Hijo de Dios junto con los ángeles, al celebrar hoy la Asunción al cielo de nuestra Madre la Virgen María”. A este ambiente de gozo se unen las tres lecturas. El Apocalipsis nos describe, a vivos colores, la misteriosa visión de la mujer y el dragón. La Primera carta a los Corintios afirma la resurrección de los muertos y nuestra esperanza de resucitar. El Evangelio de San Lucas nos llena de gozo al escuchar la apertura y confianza de María a los planes de Dios en ella.
READ MOREEl ser humano por naturaleza es terco y obstinado, de corazón duro y le resulta muy difícil creer en las realidades que vive. Por ejemplo: ya ha pasado más de un año de estar viviendo esta pandemia y aún existen personas que no creen en ella. Han perdido la vida miles de personas alrededor del mundo y muchos siguen obstinados en su propio círculo. “¡Mientras a mí no me toque, que importan los demás!”. La experiencia que hemos estado viviendo nos invita al cambio; es tiempo de darnos cuenta que somos frágiles y que la ciencia y la medicina, sin el poder Dios, no quedan en nada.
READ MOREEstamos en momentos difíciles de la historia. Mucha gente murmura y se pregunta: ¿Cuándo terminará la pesadilla de la pandemia? ¿Dónde está Dios en todo esto que estamos viviendo? Vivió algo similar el pueblo de Israel que caminaba en el desierto, también sentía la angustia de saber dónde estaría Dios en su experiencia de jornada, después de su salida de Egipto. Ellos basaban su realidad en el hambre, pues recordaban las ollas de carne y de comer pan hasta saciarse. Con todo esto, Dios dijo a Moisés: “He oído las quejas de mi pueblo. Diles: por la tarde comerán carne y por la mañana se saciarán de pan; así sabrán que yo soy Yavé, el Dios de ustedes” (Éxodo 16:11-12).
READ MOREA partir de hoy, durante varios domingos, las lecturas del Evangelio no se tomarán de San Marcos sino del capítulo 6 de San Juan., en el cual podremos escuchar sobre el milagro de la multiplicación de los panes. Las gentes que acudieron al encuentro de Jesús y sus enseñanzas sintieron hambre. El Evangelio nos dice que, Jesús, pues, levantó los ojos y, al ver el numeroso gentío que acudía a él, dijo a Felipe: “¿Dónde iremos a comprar pan para que coma esa gente? (Juan 6:5). Enseguida, viene el diálogo de pregunta y respuesta entre Jesús y Felipe. Andrés se dio cuenta que un muchacho traía cinco panes de cebada y dos pescados. Pero, ¿qué es esto para tanta gente? Jesús dijo: “Hagan que se siente la gente (Juan 6:10). Enseguida, Jesús dio las gracias y repartió el pan entre los que estaban sentados. Lo mismo hizo con los pescados.
READ MORELa Liturgia de hoy evoca la figura del pastor. Figura muy fuerte en tiempos de Jesús. Un pastor cuida, protege y da la vida por sus ovejas. También existen los malos pastores y se distingue su mal proceder. Este Evangelio, también es recordado el IV domingo de Pascua. Jesús es el Pastor de Pastores, basta el mirar su proceder para ver lo mucho que nos ama y busca nuestro bien en todo momento. La primera lectura nos describe los rasgos de los malos pastores. Así, que, si los invertimos veremos claramente las características de los buenos pastores.
READ MOREEste domingo, la Palabra de Dios nos invita a tener en cuenta dos características: “Hoy narra el momento en el que Jesús envía a los doce en misión: Se detiene en el estilo del enviado, que podemos resumir en dos puntos: la misión tiene un centro; la misión tiene un rostro. El discípulo misionero tiene antes que nada su centro de referencia, que es la persona de Jesús. Y la segunda característica del estilo misionero es, por así decir, un rostro que consiste en la pobreza de los medios. Su equipamiento responde a un criterio de sobriedad” (Papa Francisco (7/15/2018).
READ MORE¿No es éste el carpintero? Le ha pasado por casualidad que a usted le diga la gente y especialmente familiares amigos esta misma frase. Por ejemplo, se escucha, es la hija de la del salón de belleza, es el hijo del taquero de la esquina. Y así sucesivamente, parece que es muy difícil reconocer a la persona por su nombre y por sus virtudes. ¡Si le paso a Jesús en su tiempo nos sucede también en el nuestro! “Si hay un lugar donde un profeta es despreciado, es en su tierra, entre sus parientes y en su propia familia” (Marcos 6:4).
READ MOREMarcos, ahora, nos lleva paso a paso, a ver los milagros de Jesús. En este caso son dos, el de la mujer que sufría de hemorragias, y la resurrección de la hija de Jairo, jefe de la sinagoga y responsable de la comunidad judía. Hoy, el Evangelio nos narra un doble acto de fe. Jesús se fue de camino a la casa de Jairo y de repente entre el gentío que lo apretujaba sucedió lo siguiente: “Se encontraba allí una mujer que padecía un derrame de sangre desde hacía doce años... la mujer pensaba: Si logro tocar, aunque solo sea su ropa, sanaré. Al momento cesó su hemorragia y sintió en su cuerpo que estaba sana” (Marcos 5:24-28). Enseguida viene el dialogo de preguntas y respuestas entre Jesús, sus discípulos y la mujer que responde asustada. A lo que Jesús le dice. “Hija, tu fe te ha salvado; vete en paz y queda sana de tu enfermedad” (Marcos 5:34).
READ MORETodavía con sabor a Fiesta del Cuerpo y Sangre de Cristo del pasado domingo en nuestros corazones. Ahora, debemos de preparar la mente y corazón para iniciar el Tiempo Ordinario. Esto significa que, el Evangelio de Marcos, nuevamente nos lleva por el camino del Reino, a preparar la tierra para que la semilla crezca por si sola y de fruto. “Jesús dijo además: ‘Escuchen esta comparación del Reino de Dios. Un hombre esparce la semilla en la tierra, y ya duerma o esté despierto, sea de noche o de día, la semilla brota y crece, sin que él sepa cómo’” (Marcos 4:26-27).
READ MOREHablar del Cuerpo y la Sangre de Cristo es hablar de la Eucaristía. Al recibir el Cuerpo y la Sangre de Cristo nos unimos al mismo Cristo y a su vida de entrega generosa. La Eucaristía nos une en la unidad de la Iglesia porque, todos recibimos el mismo pan. Dice el Concilio Vaticano II: “La unidad de los fieles que constituyen un solo cuerpo en Cristo, está representada y se realiza por el sacramento del pan eucarístico” (Lumen Gentium 3). Y el Santo Papa San Juan Pablo II dijo: “Una espiritualidad verdaderamente eucarística es siempre una espiritualidad de la comunión” (Novo Milenio Ineunte 43). Toda la comunidad de creyentes reunida en la Asamblea Litúrgica comulga el mismo Pan.
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