22º Domingo del Tiempo Ordinario

08-28-2022Weekly Reflection© LPi

El mundo de las apariencias, de la fama y el prestigio no tiene nada que ver con el Evangelio que predica Jesús. Las fiestas de ahora son en ocasiones vanas, solo se trata de presumir quien trae el mejor vestido, el mejor traje o peinado. Se ve quienes son los más importantes. La fiesta de Jesús es diferente. La fiesta del Reino es de pobres y lisiados, sin hogar y enfermos. Habrá de toda raza, color, gordos y delgados. Serán protagonistas de ser amigos de Jesús. Es la fiesta de la humildad y la gratitud. Palabras tan cortitas y sencillas que encierran la verdad del camino. La primera lectura las describe así: “El hombre sabio medita las máximas en su corazón; todo lo que el sabio desea, es hallar a alguien que lo escuche” (Eclesiastés 3,29). ¿Cómo practicas la sabiduría que Dios te ha dado?

Pareciera que Dios nos pide siempre escoger el camino más difícil. El trabajo más pesado y el cargo más sencillo y sin importancia. Pero, si hiciéramos una encuesta a ver quién es más feliz en la sociedad, descubriremos que son las personas con dedicación, con sueños, que se esfuerzan por todo lo que desean, con sencillez y humildad. Como decía Cesar Chávez: “No podemos buscar logros para nosotros y olvidarnos del progreso y la prosperidad de nuestra comunidad…Nuestras ambiciones deben ser lo suficientemente amplias como para incluir las aspiraciones y necesidades de los demás, por su bien y por el nuestro”. ¿Qué te parece? ¡Estás preparado para la fiesta de Jesús!

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