XXII Domingo del Tiempo Ordinario

08-29-2021Weekly Reflection© LPi

Estamos viviendo un contexto social muy difícil, muchas personas, a estas alturas del año, todavía no tienen trabajo y su salud es muy precaria. Las injusticias están a la orden del día. Gracias a la Palabra de Dios que nos guía, nuestro corazón se fortalece en la esperanza. Litúrgicamente, hoy regresamos al Evangelio de Marcos, ciclo B, después de haber escuchado el capítulo 6 de San Juan, donde se da el discurso del Pan de Vida. Iniciamos la lectura de Santiago, después de haber escuchado la de los Efesios. Hoy las lecturas apuntan a una misma dirección. ¡Hacia la coherencia en la propia vida! Hacer y vivir lo que decimos es una tarea de todos los días. Seguir los mandamientos con fidelidad es lo que pide el Señor. La enseñanza de Dios de vivir moralmente es el objetivo desde la creación del mundo.

“Y ahora, Israel, escucha las normas y los mandamientos que yo te enseño, para que los pongas en práctica” (Deuteronomio 4:1). La Carta de Santiago lo describe de la siguiente forma: “Hermanos muy queridos, no se equivoquen: son las cosas buenas y los dones perfectos lo que proceden de lo alto” (Santiago 1:16). Y en el Evangelio, Jesús lo pone más claro todavía explicando la manera de ser coherentes: “Ninguna cosa que de fuera entra en la persona puede hacerla impura; lo que hace impura a una persona es lo que sale de ella” (Marcos 7:15-16). Jesús habla un lenguaje desconocido para la gente de su tiempo, muchos de ellos eran muy apegados a la ley. Por lo tanto, no podían comprender lo que es la verdadera pureza. ¿Tú lo comprendes? ¡Vivir como Dios manda es lo ideal!

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