"From now on a household of five will be divided, three against two and two against three." What a sad image Jesus paints in today's Gospel. Causing family strife--fathers against sons and mothers against daughters--is not the effect we like to imagine Jesus having on people. But as he says today, "Do you think that I have come to establish peace on the earth? No, I tell you, but rather division." The fact is, and always has been, that not everyone chooses to follow Christ. This causes conflict.
Perhaps it is most tragic when this tension takes place within families. When certain members of the family desire to live a full Christian life, to follow the commandments and worship God as he asks, this can be irritating at best and infuriating at worst to other family members who want nothing to do with Jesus or his church. But faith must persist in spite of domestic turmoil. Following Jesus is the ultimate good; preserving peace is secondary. In a sense, today's Gospel gives faithful Christians permission to move forward in their faith even if it doesn't make everybody happy.
However, all of this needs to be understood in the light of Jesus' desire to bring peace. He often used the greeting, "Peace be with you," and clearly promised peace to his disciples. Today's Gospel should not be taken to mean that Jesus desires division. Rather, he is acknowledging the fact that division will inevitably result as people declare their differing allegiances. But thankfully, when we align ourselves with Christ, we are also uniting ourselves to the One who can restore peace even in the midst of conflict. So when we see turmoil arise, let's call upon the power of the true Prince of Peace.
El Evangelio de hoy tiene un tono muy fuerte. Las palabras de Jesús desconciertan tanto en su tiempo como en el nuestro. "He venido a traer fuego a la tierra y ¡cuánto desearía que ya estuviera ardiendo!" (Lc 12, 49). Estas palabras nos pueden poner en desconcierto y se deben de explicar. Ya que de otra forma se pueden formar malentendidos. ¿Qué significa el que Jesús trae fuego y división entre nosotros? La respuesta es que todo es cuestión de fe y que ésta no es decorativa en la vida del cristiano. Va más allá, es elegir a Dios como el centro de toda actividad, sabiendo que Dios es toda misericordia, fidelidad y vida dada en su Hijo Jesús.
El Papa Francisco, nos dice que. "Jesús es nuestra paz, nuestra reconciliación. Pero esta paz no es la paz de los sepulcros, no es neutralidad, Jesús no trae neutralidad, esta paz no es una componenda a cualquier precio. Seguir a Jesús comporta renunciar al mal, al egoísmo y elegir el bien, la verdad, la justicia, incluso cuando esto requiere sacrificio y renuncia a los propios intereses" (Ángelus de 18 de agosto de 2013). Al hacer la lucha de vivir estos consejos que el Papa Francisco nos brinda, debemos estar seguros de que vamos a luchar. Porque esto sí trae división aun en las relaciones más cercanas. La sociedad actual está dividida por la necesidad de paz; existe mucha violencia y ahí en esa vida de incertidumbre no se puede tener la paz de practicar y vivir la fe. ¡La fe y la violencia no se llevan! En cambio la fe y la fortaleza de espíritu van juntas. Pidamos al Señor que nos haga instrumentos fuertes de paz.