¡Te Alabaré, Señor, Aleluya!

05-01-2022Weekly Reflection© LPi

La alegría de la resurrección sigue en nuestras asambleas litúrgicas. Las oraciones y alabanzas, junto con la antífona de entrada, nos ayudan a reflexionar en ello: “Aclamen al Señor, habitantes todos de la tierra, canten un himno a su nombre, denle gracias y alábenlo. Aleluya”. Se apareció resucitado a sus discípulos en Galilea. Les preparó un suculento desayuno y les invitó diciendo: “Vengan a desayunar. Ninguno de los discípulos se atrevió a preguntarle quien era, pues sabían que era el Señor. Jesús se acercó, tomó el pan y se lo repartió. Lo mismo hizo con los pescados” (Juan 21:12-13).

“Esta fue la tercera vez que Jesús se apareció a sus discípulos después de resucitar de entre los muertos” (Juan 21:14).Tres veces les saluda brindándoles su paz, y les prepara el desayuno. Luego de desayunar, Jesús le pregunta a Pedro si lo ama. Tres veces fue la pregunta y Pedro respon-de tres veces la misma respuesta: “Si, Señor, tú sabes que te quiero”. A lo que Jesús agrega como respuesta: “Cuida, y apacienta a mis ovejas”. Cada domingo en la Eucaristía, el Señor nos hace la misma invitación. Vengan, vengan católicos al banquete celestial. No sean sordos a mi invitación. Cuiden y apacienten a su familia, a sus amigos y a las personas sin voz. El Evangelio del resucitado es acción, y movimiento repleto de justicia y esperanza. Seamos como Pedro que lloró amargamente el haberle negado tres veces el Viernes Santo. Y ahora, en este episodio, su compromiso filial es amar al Señor hasta el martirio. ¿De qué forma profesamos nuestro amor a Jesucristo? ¿Cuál será el compromiso para toda la vida?

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