Dios Ve Nuestros Corazones

11-07-2021Weekly Reflection© LPi

En la liturgia de hoy, Jesús nos enseña lo que vale ante Dios. Sus ejemplos ayudan a clarificar lo que existe en el corazón de cada uno según su posición y estatus económico. Por un lado, Jesús condena algunas actitudes y alaba otras. Desenmascara y confronta a los escribas y maestros de la ley, y alaba la ofrenda de la viuda. Él observaba cuidadosamente para enseñar lo correcto, lo que lleva a vivir con dignidad. Había visto el sufrimiento de los pobres, de los enfermos, de los huérfanos y de las viudas. También, veía como los ricos se aprovechaban de los más pobres; no había ninguna consideración para ellos, les cobraban impuestos, les hacían cumplir leyes injustas que ni ellos mismos cumplían.

Ahora, ¿cómo hacemos para compartir lo que tenemos? ¿Damos de lo que nos sobra, como los ricos de los tiempos de Jesús o somos como la viuda de Sarepta y la del Evangelio que generosamente dieron lo que tenían desde su pobreza? Actualmente, es digno de resaltar la grandeza de los pobres, de los inmigrantes que son ricos en bendiciones porque su confianza está puesta en Dios. Recordemos, siempre, que Dios ve los corazones y no las apariencias. Lo que da valor es el amor con que se hacen las cosas. “Yo les aseguro que esta viuda pobre ha dado más que todos los otros” (Marcos 12:43). En resumen, el mundo necesita generosidad y confianza al máximo. Oremos con el Salmo 145: “Da el Señor protección al forastero, y reanima al huérfano y a la viuda, mas desvía el camino de los malvados, El Señor reina para siempre, tu Dios, Sion, de generación en generación”.

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