13° Domingo del Tiempo Ordinario

06-27-2021Weekly Reflection© LPi

Marcos, ahora, nos lleva paso a paso, a ver los milagros de Jesús. En este caso son dos, el de la mujer que sufría de hemorragias, y la resurrección de la hija de Jairo, jefe de la sinagoga y responsable de la comunidad judía. Hoy, el Evangelio nos narra un doble acto de fe. Jesús se fue de camino a la casa de Jairo y de repente entre el gentío que lo apretujaba sucedió lo siguiente: “Se encontraba allí una mujer que padecía un derrame de sangre desde hacía doce años... la mujer pensaba: Si logro tocar, aunque solo sea su ropa, sanaré. Al momento cesó su hemorragia y sintió en su cuerpo que estaba sana” (Marcos 5:24-28). Enseguida viene el dialogo de preguntas y respuestas entre Jesús, sus discípulos y la mujer que responde asustada. A lo que Jesús le dice. “Hija, tu fe te ha salvado; vete en paz y queda sana de tu enfermedad” (Marcos 5:34).

Este episodio entretuvo a Jesús para llegar rápido a la casa de Jairo. Llegaron algunos de la casa del oficial y le dan la mala noticia de que su hija ya había muerto. Jesús, se hace el desentendido, como que no se da cuenta. Jesús, se dirige a Jairo y le dice no tengas miedo. Solamente ten fe. ¡Que poca cosa nos pide Jesús! Solamente tener fe, fe como un granito de mostaza. Y sucede, el milagro de la resurrección de la niña. Talitá kumi que quiere decir: ¡Nina, te digo, ¡levántate! “Vayamos hoy a casa con este ícono del Evangelio de hoy: el jefe de la sinagoga que se arroja ante Jesús, sin miedo de avergonzarse y hacer reír a otros. En juego estaba la vida de su hija” Papa Francisco. (Homilía, Santa Marta 04 de febrero 2014).

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