5° Domingo de Cuaresma

03-21-2021Weekly Reflection© LPi

Jesús dijo: “Desátenlo y déjenlo caminar” (Juan 11:44). Ya estamos al umbral de la Pasión del Señor. A lo largo de la Cuaresma, hemos escuchado el amor de Dios por nosotros en cada mensaje del Evangelio. Desde las tentaciones de Jesús en el desierto, la transfiguración, la samaritana, el ciego de nacimiento, y hoy, la liturgia que nos sitúa en la resurrección de Lázaro, el Evangelio es de amor y vida. De estar atado de pies y manos, ha desatado, caminando libremente. Hoy el Señor nos desata de nuestros pecados, si lo deseamos. La promesa del Padre sigue viva en su Hijo Amado. Jesús lo afirma con sus palabras: Yo soy la resurrección y la vida. El que cree en mí, aunque muera, vivirá. El que vive, el que cree en mí, no morirá para siempre” (Juan 11:25-26).

Con Lázaro resucitado, Jesús anuncia su resurrección. Quien entendió bien el mensaje fue Marta, con su respuesta dada a la pregunta de Jesús: “Sí, Señor; yo creo que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios, el que tenía que venir al mundo” (Juan 11:27). El Santo Padre, dijo que el Señor “Nos invita, casi nos ordena, que salgamos de la tumba en la cual nuestros pecados nos han hundido. Nos llama insistentemente a salir de la oscuridad de la prisión en la que estamos encerrados, conformándonos con una vida falsa, egoísta, mediocre. ‘Salí afuera!’, nos dice. ‘¡Salí afuera!’”. (Radio Vaticana 6 de abril 2014). El reto es salir sin miedo, confiando en la providencia de Dios, y en todo lo que se pueda hacer por desatar los nudos de la vida de los unos y los otros.

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