Palm Sunday of the Passion of the Lord

04-09-2017Weekly Reflection

"Peter said to him in reply, 'Though all may have their faith in you shaken, mine will never be.'" Peter thought pretty highly of his faith. On the eve of Christ's death he professed, in essence, that he was more committed to Jesus than anyone else. And yet, we know how the story turns out: when put to the test in the moment that mattered, Peter "began to curse and to swear, 'I do not know the man.'"

On this Palm Sunday, we hear many stories of betrayal. The crowds , who once hailed Jesus with "hosannas," will soon be chanting, "Let him be crucified!" Judas, who was counted among the closest companions of the Lord, turns him over to the chief priests for thirty pieces of silver. And Peter falls short in the moment of truth, and then "went out and began to weep bitterly."

Here in the hours before Christ faces crucifixion, he is surrounded by false friends. Just when he most needs the support, he is abandoned. No wonder he feels the suffering even of being forgotten by his Father while he hangs on the cross, "My God, my God, why have you forsaken me?" What trials Jesus endured, not only physically but emotionally as well. It's easy to glaze over this as a story from the past that does not involve us. But in truth, Jesus suffered all of this for each one of US. He would have preferred things to go otherwise, but submitted to his Father's will because he knew "it must come to pass in this way." Jesus' passion and death took place in order to bring US salvation. So today, may we not be counted among his many betrayers, but may we be truly grateful for the gift of the cross and show it through a life of sincere faith.

©2017 Liturgical Publications, Inc.

Domingo de Ramos de la Pasión del Señor

Hemos acompañado a lo largo de la Cuaresma al Señor, y hoy él ha llegado triunfante a Jerusalén. Al prepararnos para celebrar la liturgia detengámonos un momento para vivir de verdad esta Semana Santa con todo nuestro corazón. Que no sea una semana más, sino que el Triduo Pascual que se avecina sea un verdadero cambio de actitud de nuestra parte. Reflexionemos sobre el modo de actuar de Jesús durante su arresto, traición, pasión y crucifixión. ¿Cómo actúa ante el peligro? ¿Cómo le contesta a Pedro? ¿Cómo se revela su amor incondicional hacia la humanidad? El Misterio Pascual es el centro de nuestra fe y es lo que celebramos durante todos los domingos del año. El punto es, no quebrantarnos a las primeras de cambio con las vueltas que nos da la vida de un momento a otro. Jesús nos da ejemplo de fe, confianza y entrega absoluta al Padre y su amor por la salvación de la humanidad entera. Para nosotros hoy, la meta es seguir las enseñanzas del Evangelio y comprometernos de manera personal con Jesús como verdaderos discípulos de la sociedad actual. ¡Esa debe ser nuestra verdadera pasión!

Cantemos, pues, con alegría. "¡Hosanna! ¡Viva el Hijo de David! ¡Bendito el que viene en nombre del Señor! ¡Hosanna en el cielo!" (Mt 21, 9). Este Domingo de Ramos, estamos invitados a reflexionar en el conocimiento de quién es Jesús en la vida personal de cada uno. Para que nuestra fe y confianza no sea solo una ráfaga de entusiasmo que se apaga el Viernes Santo con la muerte del Señor. ¡Somos resurrección, somos luz, somos Pascua!

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